jueves, 21 de diciembre de 2017

LECTURAS RECOMENDADAS


TÍTULO: Las Horas Largas
AUTORA: Concha López Narváez, con ilustraciones de Juan Ramón Alonso
EDITORIAL: Anaya (Colección Sopa de Libros)
AÑO Y LUGAR DE PUBLICACIÓN: 1997, Madrid
CURSOS RECOMENDADOS: ESO



Como cada año, los pastores inician su viaje: hay que conducir más de mil ovejas desde las sierras de Burgos a tierras de Extremadura. Esto es la trashumancia y se describirán los diferentes paisajes en verano y en invierno, por tanto.
El protagonista es Martín, un zagal decidido que recorre los caminos de la Mesta; durante el viaje encontrará el amor de Elvira y la amistad del entrañable Pedruco.
Es una historia muy tierna que nos recuerda una actividad que muchas personas desconocen pero que aún hoy se sigue practicando.


miércoles, 29 de noviembre de 2017

LOS PAISAJES DE CANDELEDA A TRAVÉS DE LA LITERATURA




Los alumnos de 4º de la ESO están estudiando este trimestre la literatura del siglo XIX. Tomando como ejemplos las descripciones que nos ofrecen las obras de este periodo, la actividad que se les propuso fue buscar una foto de Candeleda que se pudiera identificar con cada movimiento literario estudiado y realizar una breve descripción del paisaje o ambiente representado. Aquí tenéis algunos ejemplos: 


ROMANTICISMO
En un paraje de Candeleda, La Lagunilla, que fue un lugar inhóspito, creció un fuerte alcornoque que superó tormentas y sequías.  El bello alcornoque es testigo del pasar de las estaciones. En la primavera, la brisa zarandea sus hojas, pero él mantiene su admirada majestuosidad. En verano, se despoja de su corcho y su tronco simula un manto de pequeñas esmeraldas que se vuelven ágatas, y que terminan derrumbándose bajo la fuerza de la implacable gravedad. En invierno, el blanco se adueña de sus hojas y sombra. Y en otoño, las hojas perennes batallan contra la continua brisa calurosa. En cualquier época, el árbol RESISTE. Tiene imperfecciones como el vacío de su interior, como algunas personas por dentro, pero resiste el envite del inexorable paso del tiempo.



El sol se esconde por detrás de las cumbres más altas de la sierra de Gredos y da paso a la luna. Un cielo oscuro serpentea la silueta de un paisaje montañoso lleno de melancolía. Ocres y azules, los cielos; débiles rayos se reflejan en el camino. La tarde se escapa. Las ramas cantan historias de cabreros y la brisa de lavanda y tomillo trae recuerdos de niñez. El sol cae y la tarde muere.


Una tarde de invierno, el viento azota las ramas de los árboles. Está nublado y el cielo amenaza con llover. Las gotas comienzan a caer encima de las ruinas de la vieja casa. El aire que se cuela por entre los ladrillos produce un ligero silbido. A lo lejos, el rumor del ganado pasta junto a un ganadero que busca refugio. La lluvia incesante se prolonga por horas, y los charcos ahora parecen lagos alrededor de las ruinas. 


REALISMO

El pueblo despierta y con él la actividad. Hombres que caminan, niños que juguetean y mujeres que van cargadas de ropa y de responsabilidad. Adoquines, piedra y arena amortiguan el paso de los transeúntes. Los balcones sobrios son testigos y cómplices de las miradas que se cruzan. Un bullicio adusto reina en la calle. La calle se eleva a Gredos, cárcel y defensa de un pueblo embebido en la naturaleza. 




En este pequeño y húmedo pueblo donde las casas están en ruinas, en los salones de trabajo amplios pero solitarios y sobrecogedores, las voces reverberan produciendo un eco mecánico, un ruido de máquinas cosiendo que golpea en la cabeza como un martillo.
Los niños silenciosos y tranquilos no articulan ni una palabra. Cunas de mimbre ponen coto al área de producción. Fuera, un pueblo sumido en el hastío y la abulia vaga. Dentro, mujeres agotadas, que se ocupan de la casa, de los niños y de su trabajo. Mujeres con exageradas ojeras y manos ajadas. Sociedad machista y retrógrada.


Después de un verano casi eterno se oye el sonido de las gotas de lluvia golpeando contra el suelo.  Llenos los charcos, el chapoteo que producen las suelas de los zapatos hacen eco por las calles silenciosas en la noche. Las gotas de agua van saltando de piedra en piedra y alguna cae sobre la cabeza de algún incauto que ha decidido salir sin paraguas ante la inesperada llovizna.
Solo se ven algunos valientes y no hay más almas por la calle que las de los automóviles, que corren rápidos sobre la carretera protegiendo del agua a los que van en su interior, haciendo confundir sus destellos de luz con luciérnagas en medio de la oscuridad. Pero pocos son los que se dan cuente de que ha oscurecido. El silencio inunda todas las calles con su voz relajante para los que no tienen muchas ocasiones de escucharla.
Paraguas que cobijan a cuerpos que buscan calor y hogar. La noche y la lluvia; la lluvia y la noche relaja la solitaria Candeleda.


NATURALISMO
El hombre se acurruca mientras busca abrigo de las inclemencias del tiempo, y lo hace justo en una esquina, acto de alguna manera metafórico, que indica su posición apartada en la sociedad. El ambiente grita, llama al mundo para que reflexione sobre el trato que se da a estas personas. El muro pintado refleja el lado marginal de nuestra civilización, tan olvidado por todos y, sin embargo, tan presente en la vida de muchos.